Hace muchos eones, en la prehistoria del rock en la gloriosa nación española, cuando los hombres eran hombres, las mujeres, mujeres y los… bueno, y nada más, los prohombres que salvaguardaban la cultura, la moral y las buenas costumbres lo tenían claro: La «música moderna» era un invento del diablo y sus intérpretes unos guarros melenudos piojosos.

Y así nos lo recordaba el profeta Jorge «Ilegal» Martínez, hablando de los «jipis»: «Hay una cosa, que se llama jabón, mata los piojos y te quita el olor«.

Siniestro Total también lo dejaban claro con su versión de otros «jipis»: In-a-gadda-da-vida

No me lavo en la vida, baby
soy más guarro que tú
no me lavo en la vida, honey
soy muchísimo más guarro que tú

Oh, ven conmigo aquí y lávame
Oh, ven conmigo aquí y desinféctame

¡Más lejía!

Pero no quiero hoy hablar de «jipis». Como diría El Reno Renardo, «Basta ya de flower-power y tanta gilipollez, bastade perroflautismo y de toda esa hez«. El tema de hoy es el punk, y su muerte.

Hace ya algunos años, David, de «Los Berracos» afirmaba respecto a la higiene: «El punk no ha muerto, es que huele así«. Pero me temo que hoy en día el olor sí que es ya el de la putrefacción. Lo de «Punk’s not dead» ya no es válido. El punk ha muerto y los Ramones son una camiseta.

Y centrándonos ya en el tema [por fin, ¡qué plasta!] hoy traigo un claro ejemplo de dicha muerte: «Seguridad Social«.

Este simpático conjunto melódico comenzó su andadura en la tierra de Chimo Bayo en 1982 como parte del movimiento punk-ska con letras agresivas y actitud punk chulesca (y un tanto garrula, todo hay que decirlo). Temas como «Mata a un jubilado» o «Te voy a dar» definían esta primera etapa.

Eres un patán y te crees divino,
no te cruces nunca en mi camino.
Si yo no hago karate es porque tengo una pistola
y si pasas por mi barrio y tu cara no me mola…
¡Yo te voy a dar! ¡Yo te voy a dar!
¡Que te doy, que te doy, que te voy a dar!
¿A quién? ¡A ti! ¿A mí? ¡A ti!

José Manuel Casañ, viendo que (como su propio tema decía) se iba a comer los mocos, en 1991 decide desmontar y rehacer el grupo, para darle un giro cada vez menos punk y más pop baboso. Sin duda, alcanzó la cumbre (o sima, según se mire) de la vergüenza ajena, de la afrenta a la Música, y de la nausea, con su versión en 1993 de «Wish you were here» de Pink Floyd.

No temáis, no tendré el sadismo de poner aquí esa versión. Podría poner, como ejemplo de declaración de intenciones y, enlazando con el tema de la publicación el siguiente tema:

«Quiero tener pestilencia«

Quiero tener pestilencia
quiero que estés atufado
no quiero hablar de la ducha
si no estamos apestados

En este tema, Casañ afirma que pasa como de comer mierda de hablar de niños desamparados, de guerra, de paro, de mendigos, de esclavos, en suma, de lucha. Eso sí, quería buscar un camino y un remedio. Un camino al pop baboso, y un remedio a los números rojos, claro.

Pero mejor, quedémonos con un ejemplo de ese punk-ska guarro que «es que huele así». Con todos ustedes, Seguridad Social, «Mi almohada está preñada«.

«yo tenia un aliciente para pasar mis veladas y ahora se han vuelto frustradas
por culpa de un accidenteeee
Mi almohada esta preñaaada, quee putada que putada»

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